SAL DE UVAS, CALAMBRE, LIMPIEZA, SALÓN CARIBE
Baudelaire y yo salimos tres veces, después nos mudamos a vivir juntos. Él siempre estaba ausente, como mirando a otras mujeres, sin embargo, yo lo amaba, quería estar con él toda la vida.
Una noche llegó muy borracho y dijo que nos cásaramos. Yo le respondí con saltos sobre la cama. Lo besé hasta que me quedé dormida.
Cuando desperté la mañana siguiente, Baudelaire no estaba en la cama. Lo encontré tendido en el baño, con la regadera abierta, muerto de frío y de risa. Me dijo que anoche le había propuesto matrimonio a una mujer horrenda y loca que lo perseguía todas las noches.
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