22 jun 2010

aquello parece una maqueta en la que unos niños gigantescos se divierten abriendo trincheras con una navaja






en el estacionamiento

miramos los más de 200 coches

enciendes un cigarro

y yo pronuncio:

soy tu adolescente

tu fiel e incansable babieca

tu molino de viento


no un espejo en el fondo del mar

no el miedo que habita en el colchón

somos ese grito (al unísono)

que activa las luces rojas de los automóviles







21 jun 2010

Un título




Mi vida sólo sabía emitir una nota, sin variación, bastante alta y que algunos me envidiaban, pero horriblemente tediosa. Mis amigos me conservaron durante toda mi vida la misma estima y creo que ni siquiera yo, desde que llegué a la edad de la razón, he cambiado mucho el concepto que me hice de mí mismo.


Por eso, puede ser que la idea de casarme se me ocurriera por el cansancio de emitir y oír esa única nota. Quien aún no ha conocido el matrimonio, lo considera más importante de lo que es. La compañera que se elige renovará, empeorándola o mejorándola, la raza propia en los hijos, pero la madre naturaleza, que así lo quiere y que no podría dirigirnos directamente, porque en esa época no pensamos en los hijos, nos hace creer que la esposa producirá una renovación en nosotros mismos, lo que constituye una curiosa ilusión que ningún texto autoriza. En efecto, después vivimos uno junto al otro, sin haber experimentado otro cambio que una nueva antipatía por quien es tan diferente de uno y una envidia por quien es superior a uno.






Italo Svevo, La conciencia de Zeno








14 jun 2010

los perros arden





Siento que moriré pronto:
en las manos
en el cuello
en las cosas que miro
en como los demás me ignoran





Siento que moriré pronto:
en los labios de mi esposo
en las sorpresas de una casa vacía



*

No estoy deprimida. Es una sensación rara. Ahora me drogo más para pasar los días, pero no es

depresión. Paso mucho rato en silencio. Escuchando mi cuerpo.


Es otra cosa. Claro que me divierto y me río mucho. Claro que disfruto el calor y las películas.

Claro que hablo y descubro cosas. Claro que corro a toda velocidad.


Lo siento más en el cuello. Un frío, una pesadez. Siempre he intuído que morirse es pura

sensación física. Algo que se apaga lentamente. Depende del tipo de muerte.


Le tengo un miedo absoluto a suicidarme. Tanta lucidez sería hasta vulgar. También tengo

miedo de morir por medio de asfixia.

Todos los días de camino al trabajo, pienso de qué forma se presentará.

No, no tuve una epifanía frente al espejo.

Desde los siete años tuve la certeza de que en algún momento me iba a morir. Fui una niña muy

callada. Sólo hablaba con mi hermana gemela. Hasta le escribí mi testamento: mi ferrari rojo de

barbie, los tres osos de peluche, mis memoramas de los caballeros del zodiaco y la lata de tazos

serían para ella. Y es extraño, creo que todo lo mío también será de ella ahora.


A veces lo siento cuando me cepillo el cabello. Lo dejé crecer demasiado. Tardo cinco minutos en

cepillarlo, deshacer los nudos, acomodarlo.


Ayer lo sentí mientras subía las escaleras para llegar a mi casa. Quise dejar en un pasillo las

bolsas donde traía ropa limpia. Sentarme y fumar. Sí, antes de morir quiero fumar.


Lo que más me incomoda de todo esto es la no depresión. Nadie me dijo que cuando estuviera un

poco mejor, llegaría esto.



Estoy del otro lado. Estoy allí.







11 jun 2010

Un gusano blanco retorciéndose en el amor







A Ricardo


Nunca irnos a la cama en silencio

Bañarnos juntos todos los días

Jugar con los pies

y hablar con los peluches

hacer voces estúpidas:

el castor es español

y la rana una ninfómana

son pareja y se van a casar

comer en restaurantes donde la

mesera sólo hable contigo

hacer del insomnio una rutina

nunca

jamás

denunciar los imperfectos del edificio

¿ves esa luz que parpadea?

es un elevador

un cuarto de hotel

ahora me pides que separe las piernas



no hay hilos que nos sostengan

separarnos una vez por semana

tener grietas

ser imperfectos

gritar en el concierto de los pixies

después vomitar

no sé

pasarla bien




9 jun 2010







8 jun 2010

¿QUÉ? ¿TE INTIMIDAN LAS CHICHIS?, LA GENTE CUANDO SE QUIERE SE TOCA, EL AMOR SE MIDE CON LA CANTIDAD DE SECRECIONES







A ustedes, por los días felices






Llego a la fundación. Después de ocho meses ya es mi casa. Como tal es ruidosa y llena de basura.

Desde el patio veo a Penélope que mueve la cabeza mientras revisa el iTunes. Trae mis audífonos. Son enormes. Parece la princesa Lea.

Entro. "La oficina" huele raro. Estoy ansiosa porque quiero lavarme las manos. Ahora, con mi pareja reciente, me he vuelto una obsesiva de la higiene. Ok, entro y saludo a Penélope. Ella siempre grita cuando me ve. Sonrío. Luego saludo a Emilio y buscó a Juan Pablo, él y yo a veces competimos por ver quién llega más tarde a la fundación. Veo al pequeño Emilio, no sé muy bien qué decirle. Lo observo. Me gusta mirarlo. Es pequeño. Es listo. Me hace reír.

Saludo a Ibán. Siempre muy serio y concentrado. Ahora nos abrazamos. Siempre se separa antes de mí. Luego Alfredo. Normalmente le pregunto cómo está. Habla chistoso. No diré que es norteño. Es de Torreón. Roberto siempre está viendo el futbol. Lo observo sin que él se de cuenta y luego pateo su silla y lo saludo. Conde es como mi hermano mayor, a veces le temo, a veces confío en él. Otras tantas sólo lo abrazo.

No pasa gran cosa en el día.


Cada quién finge trabajar. Es imposible hacerlo en este lugar. Más ahora. Todos estamos muy atentos de lo que decimos o hacemos.

Hay un balón florescente. Robero se pone a jugar entre los cubículos. Algunas veces me ha atacado con él. Otras tantas todos se levantan y le dan de patadas al pobre balón.

Ríen. Hablan bajito. Ponen música.

Algunas veces Emilio escucha a Mónica Naranjo y baila. Otras, muerde una manzana o come pepinos.

Penélope es como una hadita que revolotea todo el tiempo por mi lugar. Que si su blog, que si su ensayo, que si tal canción, que si vamos por café, que si salimos a fumar, que si apestamos el baño, que si tal es cual cosa, que si odiamos a todo mundo, que si nos parecemos, que si me interrumpe, que si se pone a cantar, que si hace una carita de emoticon, que si tenemos 16 u 8 años, que si ahhhhhhhhh.

A veces sólo los escucho. Dicen cosas que hacen explote mi cabeza. Me sorprenden. Todos nos unimos para criticar a tal persona, conocida, desconocida o imaginaria. Planificamos comidas que nunca se hacen. Nos burlamos de alguna tontería que hicimos. No sé. La pasamos bien.

Aquí es nuestra casa. Una casa prestada. ¿Fuera de aquí seremos los mismos? Aquí interpretamos papeles, somos personajes frikis, tontos, molestos, incómodos, graciosos, absurdos, histéricos.

1. Conde=hermano mayor, serio y responsable.
2. Roberto= burlón, lapidario, criticón.
3. Alfredo= el sunshine del grupo, el amable, el sincero.
4. Ibán= el poeta maldito, el fumador, el reservado.
5. Juan Pablo= el elegido por los extraterrestres, el intenso, el culto.
6. Emilio= el pequeño, el travieso (qué mal suena eso, pero qué qué), el cruel, el incisivo.
7. Penélope= la huraña, la tierna, la más radical.
8. Lirva= sería impreciso decirlo. soy todas mis facetas: la boba, la grosera, la niña con déficit de atención, la chistosa, la enojona, la deprimida, la casada, la divorciada, la criticona, la lengua suelta, la idiota.

Es fácil clasificar. Es fácil vernos en un lugar tan pequeño.

Difícil, quizá, sea atinar con frases. Describir lo imposible. Admitir gustos. Culpar a los culpables. Ser una niña o un niño que balancea los pies. Anidar. Escupir. Enloquecer. Ser una jaula y el pájaro dentro de ella. Abstraer. Tragarnos todo, porque el tiempo serán cuatro meses o cuatrocientos años (por aquellos que creen que hay vida después de la muerte). Porque quizá después de octubre no nos hablemos allá afuera, donde no somos esos imbéciles que ganaron una beca para escribir, donde no nos apuramos por las entregas y escribimos de puentes, balones, sexo de mujeres checas, serbias, croatas; casas sin techo, el idiota de Shakespeare, el idiota de Rulfo, el idiota de junto.


Por el momento, aquí, por más que nos empeñemos en ocultarlo, somos felices.



1 jun 2010











Empezamos a decir
ellos
otros
los de allá
*
nuestra historia
como un golpe
en los tobillos
el aburrimiento
que nos hará salir
de la ciudad
visitar otros países
escucpir en las esquinas
de casas a las que nunca volveremos
*
que me quieras y me dejes de querer
mientras estoy aquí
que no hagas un resumen de nosotros
que ellos ya no cuenten nuestra historia
que se vayan
que se larguen
que se mueran
*
uno se fastidia de apagar el teléfono
de andar de incógnito por la ciudad
de llorar y gritar en los mismos hoteles
nunca contigo ya no más contigo
*