26 ago 2010

ay, la niña es incontinente








Si de verdad quieren fastidiar a sus padres y les falta valor para hacerse gays, lo mínimo que pueden hacer es dedicarse al arte. No es broma. El arte no es una forma de ganarse la vida. Es más bien una forma muy humana de hacer la vida más soportable. Practicar un arte, bien o mal, es una forma de hacer crecer el alma.
Por el amor de Dios, canten en la ducha. Bailen con la música de la radio. Cuenten cuentos. Escriban un poema para un amigo o para una amiga, aunque sea pésimo. Háganlo tan bien como sepan y obtendrán una enorme recompensa. Habrán creado algo.





Un hombre sin patria, Kurt Vonnegut


hacéselo otra vez; yo te ayudo, Loco



Felipe Granados



Ver un amigo llorar


mi amigo
llora
se quita los anteojos
para llorar mejor
se limpia una lágrima amarga
que le brota
como le salen las piedras
al río
me mira
me llama por mi nombre
y empieza…


***


When the Tigers Broke Free

Siento la misma náusea
que el tigre
frente al aro
y sin embargo salto

e ingenuamente creo

que es a mí

a quien aplauden.


Pero este

es el costado

de la vida que me toca.


Mordamos,

su entraña

hasta
sangrarlo.


***


y mil cuchillos por si me fallara la paciencia







hace falta que la idea la implante

un astronauta, el mismo tipo

que nunca ganará una serie mundial


*

que ni góngora, dios padre,

alimente la súplica maldita

de los que aspiran comerse el mar...


*

alcancía=

microscopio=

linterna=

grabadora=

uranio=

papelera=

frasco=


***










22 ago 2010








una mujer agita una botella de aerosol

una mujer vigila que su hijo no se asfixie

una mujer escribe en las paredes de su casa:

pompeya


*


13 ago 2010

¿Quién más pide que esta niña llore?







Soy el cartero, y como ve,
salvo a la muchacha





***


A veces entramos en la misma casa. Miramos las paredes. Observamos la mancha de ceniza en el mantel de la mesa. Olemos a comida y polvo. Abrimos el baño. La cortina de cuadros. Nuestra habitación. Una cama y pilas de libros. La familia que duerme junta: tigre, oveja, castor.

Las casas son un cricigrama (siempre necesitan que las resuelvas).


***


Sí, todavía son tus ojos enormes.


***


Hablas de fotografiar flores en medio de una lluvia nuclear.
Hablas de boronas de pan en los abrigos de ancianos y de niños que juegan con maquetas.
Hablas de una chica que viajó a Praga y de los listones que dejó en cada ciudad.
Hablas de todas las historias.

Mientras yo cazo mosquitos, doy brincos y te pregunto ¿cómo crees que me queda mi nuevo casco espacial?

***

Te recuerdo sentada en la última fila del salón. Siempre con la libreta negra sobre tus piernas. Yo desde la mesa con un mantel verde. Detrás el espejo: una paradoja. Sólo mi voz y tu mirada desorbitada. De la lectura sólo una línea que me importaba:

Para ti, por todos los países que imaginamos...


***

Campartimos el paraguas. Te espero mientras compras cigarros y escucho la lluvia.


***



la niña antifaz

la niña natación

la niña lapicero

la niña pie de foto

la niña alcancía

la niña avioneta

la niña cosmos

la niña parabrisas

la niña serpentina







Feliz cumpleaños, niña dinamita.






















10 ago 2010

4 ago 2010

echarme luciérnagas a los bolsillos




por las postales perdidas





Mamá me dejaba sobre una piedra detrás de la barda.

Sonaba un timbre y después susurros de personas

sin rostros, sólo hileras de cabezas,

todas con el cabello de mi padre.






donde sólo se vive el haber sido




dios se calla cuando lucía

abre las cortinas y la luz entra en la habitación


afuera

las aves con su vaivén

recitan el tema de los domingos:

un par de sábanas blancas,

hileras de pinzas;

el sol en los listones

de los bebés-algodón

y el martillo del vecino.


el metal de los coches arde;

las campanas en la cima

se parecen a los perros que se doran bajo el sol,

al olor de su pelo bellísimo,

a la suma de las cosas

y qué se yo.


por ahí

uno que otro despistado

en la puerta de su casa saluda

a pedro

el viejo escritor

que durante su juventud,

en la caseta de vigilancia

se cubría la cabeza con la chamarra negri-azul,

para escuchar el ruido de su naríz,

haciendo un puente

con las botas viejas de su padre:

el kit dinamita

del entierro de dios.



2 ago 2010

Un cachorro rabioso




1

Lo llamamos Huesito. Decimos que cuando crezca tendremos que cambiarle el nombre. Sufrirá un par de semanas, pero después se acostumbrará a llamarse distinto, como todos.

Se alimenta día y noche con todos los zapatos de Bruno y el papel higiénico del baño para las visitas.

No, este fin de semana no podremos ir. Huesito está aprendiendo a sentarse. Tu padre lo enseña. Le digo que hablaste, hijo.

2

Los hijos crecieron. El pequeño es el único que se mantiene solo y que nos habla todas las semanas. Los otros dos viven con lo que Bruno les manda cada mes. Pero ahora con Huesito las cosas se complicaron: veterinario, alimento especial para perros pequeños hogareños; la camita, la casa, su correa y los jabones especiales antipulgas, nos dejan un poco ajustados de dinero. Yo digo que todo es por el bien de Huesito.

3

No, este fin de semana no podremos ir. Huesito está aprendiendo el truco del muertito. Bruno dice que los entrenadores son unos desgraciados, que golpean a los animales para disciplinarlos. Sí claro, digo que hablaste. Todos tus saludos.

Es el primer año de Huesito. Ya podemos dormir durante toda la noche. Algunas veces rasguña la puerta del baño y Bruno tiene que levantarse y acariciarlo un rato para que vuelva a dormir. Mi esposo dice que deberíamos dejarlo llorar toda la noche para que se acostumbre a estar solo.

He pensado decorar su casita o acondicionar el sótano. La calefacción es carísima, pero no quiero que Huesito pase frío durante la noche. Además vimos en un programa de televisión, que es bueno que los perros sienta el calor de las personas que los rodean. Además, si lo dejamos solo es posible que se deprima y se enferme.

4

Bruno no entiende que Huesito necesita un poco de espacio para divertirse e identificarse con la casa.

¿Y si se golpea con algún mueble y queda ciego o paralítico? Es bueno que tengas esas observaciones, amor. Mañana iré por los materiales y solucionaré el problema. Después de dos días de trabajo, los muebles de la casa quedaron recubiertos de hule. Ahora dejamos que Huesito corra por todas las habitaciones. Estamos más tranquilos.

5

La próxima semana llevaremos a Huesito a pasear por el parque. Queremos que reconozca las calles y a la gente que podría ayudarlo si alguna vez, por accidente, se pierde o se sale de la casa.

No, este fin de semana tampoco podremos ir. El veterinario visitará a Huesito en la casa. Tu padre sabe lo que hace. Nunca me interpuse en la educación y los cuidados que tuvo con ustedes. Esta vez tampoco lo haré. Sí. Todos tus saludos.

6

Hoy es el primer día de Huesito solo en el jardín. Invité a mi amiga Carmen para desayunar. Platicamos de sus nietas y del poco dinero de la pensión. Para nosotros también es difícil vivir con carencias. Bruno tuvo que buscar empleo nuevamente. Es vigilante en el almacén del centro. Fue el único trabajo que quisieron darle por su edad.

A veces él ayuda a etiquetar los productos. Sus compañeros dicen que si logra ganarse la confianza del supervisor, podrá ayudar con el inventario de la tienda.

Yo también ayudo un poco. No lo molesto con las nimiedades de la casa. Cuando él llega después de trabajar, Huesito ya está acostado y menos juguetón, así mi esposo puede acariciarlo unos quince minutos; luego cenamos fideos y té de hierbabuena. Es el trabajo de un padre, Carmen. Huesito lo entenderá cuando crezca. Todo lo que hace Bruno es por el bienestar del niño.

7

Este fin de semana haremos la fiesta del cumpleaños de Huesito. La vida vuela como un globo de helio. Cinco años, hijo. Espero esta vez sí puedan venir. Diles a las niñas. Huesito las necesita.

Él también es parte de la familia. Los esperamos a las tres en punto. Algún juguetito, por favor. Sí. Todos tus saludos, hijo.

8

Huesito y tú están un poco distanciados, amor. Quizá sea tiempo que termines la casa del árbol, a Huesito le gustará jugar ahí. Los dos pueden pasar un rato en ese lugar y quizá estén más unidos. Está muy solo. Sí, pero yo ya estoy muy vieja para tener la energía que él demanda. Hago todo lo posible. No me juzgues. Dile a tu jefe que necesitas vacaciones; sólo un par de días. Te extrañamos.

9

Los chicos no vinieron a la fiesta. Le cambiamos el alimento a Huesito.

10

Bruno recurrentemente llega tarde a la casa y algunas veces duerme en sillón de la sala. Huesito me hace compañía. Me avisa cuando Bruno se levanta para ir al trabajo. Mi esposo y yo nos saludamos y algunas veces tuerce la cabeza para despedirse de mí, luego acaricia con desdén a Huesito y sale rápidamente de casa.

11

Hoy Bruno llegó temprano a casa. Lo despidieron porque diario se ponía borracho en el trabajo.

¿Con qué pagaremos la comida y las consultas de Huesito? Tendremos que vender el coche y pedirles ayuda a nuestros amigos.

Él respondió que dejará de llamar así al perro, que desde el principio acordamos cambiarle el nombre. Huesito aún es pequeño, respondí.

Los dos observamos fijamente a Bruno. Cargo al perro y lo arropo con una parte de mi bata. Camino lentamente hacia la habitación.

Bruno nunca vino a la cama con nosotros.

12

Se cumple el primer año de mi divorcio. Bruno y mis hijos vendrán a la casa para visitar a Huesito. Compré pay de limón y refresco de uva. Limpié la sala y bañé al perro. Me vestí de azul y le pedí a Carmen que me peinara.

La familia llegará a las cinco. Espero que hayan comprado algo para Huesito.

El niño peludo y yo viajamos de la recámara a la cocina. No perdemos detalle de nada.

13

Desde la ventana de la cocina veo el coche aparcado de Bruno. Él esculca una bolsa de plástico y saca una pelota amarilla. Está solo. Luego baja del automóvil y camina hacia la puerta. Huesito levanta la cabeza y comienza a ladrar. Abro la puerta y los tres nos miramos. Pasamos unos minutos en completo silencio.

Durante ese tiempo Huesito se tira en el tapete de la entrada y pega su nariz en el piso, recordando. Bruno y yo lo observamos y reímos hasta tumbarnos en el sillón de la sala. Mientras, el ruido y el calor de la ciudad quedan fuera. Al menos durante esa tarde.










MURIÓ MI PERRO.